Vivimos
escondiendo las llagas
sangrantes
que nos dejó la vida.
Tras de
una sonrisa las congelamos
dándoles aspecto
de armonía.
No
queremos que nadie pueda verlas,
por eso, las vestimos con colores de huerta:
del pardo
apagado al rojo presumido
parecen
petirrojos en su nido.
Hoy he
puesto en escena mi autoestima.
Es óptimo
mi estado de salud.
Mi
agudeza visual y auditiva es aún
casi
perfecta, increíble.
Es verdad
que mi memoria falla, a veces,
pero
también lo es que aún recuerdo
muchos
números de teléfono…
y que
guardo millares de palabras
nunca
dichas…
y las
recién inventadas retozan en la lista
de las
más solicitadas.
Llenas de
significado y novedosas
se
exhiben y se portan como las mariposas
Así,
buscando una excusa tras de otra,
camino
confiando en la ceguera ajena.
Si mi
corazón se muestra fatigado,
será porque camino muy aprisa.
¿Qué me
falta?
Me falta
la luz de la esperanza.
Me falta
la paz en los costados.
Me sobran
los golpes recibidos.
No quiero
mirar más esos ojos
que se
enojan conmigo.
Alcalá de Henares, 20 de marzo de 2022
NOTA:
Texto realizado con fecha 5/02/2013 que supongo habré publicado. Han transcurrido nueve años. Las fotografías. son actuales.