lunes, 31 de enero de 2022

Como una hormiga guerrera avanzas hacia la fabrica

 

 

 

Hay un reloj en tu mesilla

que agita sus campanillas

y pone fin a tus sueños.

Te levantas. Estás cansada

 

y hasta darías tu vida

por no acudir al trabajo.

Los troqueles, brocas,

arandelas, tornillos, pernos,

 

y toda la herrería

 

se han empeñado en perforar

los huesos de tu cabeza.

 

Como una hormiga guerrera

avanzas hacia la fabrica.

Amanece. El sol se oculta

Los pájaros están callados.

Nadie habla. Es poco humano.

 


Solo se ven caras serias,

caras tristes y cansadas.

Rostros de no estoy conmigo.

Rostros de soy mi enemigo.

 


Al finalizar el tajo

era como una estampida

de obreros enfebrecidos

que huían como ovejas

 

en busca de su redil.

 

 


Así un día y otro día,

un mes y otro mes pasó

y fue, de principio a fin,

malo, flaco y ruin.

 

Malo era el trabajo.

Flaco era el salario.

Ruin era la vida en aquel rincón.

                                  Huir, huir,

era un PROYECTO por el que vivir.

 


Tristeza, MORRIÑA, SAUDADE

eran el romántico apodo de la depresión.

Ya se había inventado la Psicología

pero, no se ejercía. Eso, sí, siquiatras había…

 

¡Antes de que te encierren,

te vas a Inglaterra!

 


El idioma inglés

era poderoso en aquella España.

 

Los españoles sudaban  y bostezaban

y al cabo de un año ya sabían decir:

My taylor is rich”.

 ¡Qué interesante!

¡Tu profesor de ingles nació en Alicante!

 


Vivía en Madrid,

en el castizo barrio de “Lavapies.”

Tu glorioso profesor acreditaba

-como méritos de adiestramiento profesional-

haberse casado con una dama inglesa

con la que llegó a vivir  hasta ocho años.

 

Con tiempo y con esfuerzo,

buena memoria y buen oído

conseguiste convertirte

en la dama diccionario.

 

Hablar, lo que se dice hablar inglés:

ni al derecho ni al revés.

 


Alcalá de Henares, 31 de Henero de 2022

 

 

Texto y fotografías realizadas por Franziska para

el juego de la palabra dada

PALABRA:  INGLÉS

DADOR:  JUAN RODRIGUEZ  LOPEZ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 13 de enero de 2022

Quiero ese instante en que te alejas

 



Ese cuerpo a punto de agotarse

eleva mi ser a las alturas

y siento por él tanta ternura

como si acabara de nacer

en mis profundidades

un nuevo corazón de madre.

 


Me gusta ver cómo caminas

cuando te alejas al volver la esquina

porque, entonces, mi alma

se torna golondrina.

 


No, no es tu cuerpo lo que yo ansío.

Es tu alma en verbo con la mía.

Lo que temo es que estés

dispuesto a dar tu vida pero

guardes para ti el misterio:

esa parte tan tuya, tan volátil


 

como el humo del cigarro

que sin prisa, acercas a tus labios.

Durante un instante te encierras en ti mismo.

Después, retornas a mi perdido

y solitario en tus nubes de silencio.

 


Ese pensamiento me desarma.

Es en sí mismo una derrota

porque ese cuerpo que adoro

-porque alienta en él un alma hermosa-

dispuesta estoy a renunciar a él,

a olvidar el contacto de esa piel.

 


¡Quiero ese instante

en que te alejas

sin mí y yo nunca

sé a dónde llegas!

 


Eres árbol de invierno

hallado en la noche

de mis sueños más bellos.

 


No sé por qué he tenido que encontrarte.

Ni sé la razón por la que te necesito.

 


Solo deseo ocupar un rincón

sosegado y dichoso en tus entrañas:

 


un lugar en el espacio de tus sueños.

No te asustes, amor, sólo es eso.

 

Publicado en Alcalá de Henares, 22 de noviembre de 2011

 

Se vuelve a publicar en EL CANTO DEL RAITAN con fecha 13/01/2022, terxto y fotografías originales realizadas por Franziska