Es un
conjunto de dones
que está integrado
por la
finura en los modales,
la voz
templada y el gesto amable.
No son su
lema las estridencias
ni en la
conducta ni en el vestir.
No entra
en el juego la inteligencia,
el poder
ni la edad, es un enigma.
Tiene luz
propia: no es una estrella
pero
deslumbra igual que ella.
Posee el
donaire del cisne
pero no
se viste de plumas.
Está
dotada su alma
de
gracia, nobleza y sencillez.
Adivina,
adivinanza…
Si aún no
has hallado la palabra,
volveremos
a buscarla
en el
lugar más seguro
donde
sabemos que aguarda.
Insisto…
Es
auténtica y trasciende
marcando un
rastro de luz
profundo
y espiritual.
Nunca inclina
su cabeza.
Es delicadeza espiritual.
Verdad
que no hiere.
Sonrisa
sincera.
Amor sin
reservas.
Concluyo:
La
dignidad es exquisita.
El
respeto al otro -y el propio-
van de la
mano y se alhajan
con los
proyectos más bellos.
Nuestra
dignidad nos viste.
La gentileza
en la manera de pensar,
sembrará
la belleza a nuestro paso
y
crecerán, como sembradas en maceta,
sensibilidad,
encanto y distinción.
Alcalá de
Henares, 6 de diciembre de 2018
Texto e
imágenes realizados por Franziska para
EL JUEGO
DE LA PALABRA DADA-SEGUNDO
PALABRA-
ELEGANCIA
DADORA: MAITE SANCHEZ, VOLARELA autora de una obra
poética de gran lirismo e indudable calidad,
la podéis encontrar en el siguiente link