Después de tantos años de silencio,
de dar por descontado que lo sabes,
de creer que puedo parecer
ridícula,
hoy he tomado la decisión de
decirte
que si he estado y estoy a tu lado
no habido otra razón ni otro motivo
que un amor por ti profundamente
enraizado
que me hace, a veces, sentir como
una niña
y otras, como una mujer resuelta y
decidida.
Es estimulante recibir en mis
labios
el roce de los tuyos al comenzar el
día.
Es importante aún, a pesar de los
años,
la hora del reencuentro por las
tardes.
Que el tiempo que empleas en
contarme
cómo ha transcurrido tu día de
trabajo,
nunca lo cambiaría por la mejor
novela
o la música más pura o más
perfecta.
Cuando con esa torpeza tan tuya y
entrañable
me traes unas flores donde has
escrito un te quiero
y porque el dinero escasea, te
parece poco
¡ay si tú supieras que es cuando
más te quiero
habría tenido flores casi todos los
días!
Los hijos que nunca llegaron fueron
duelo
que siempre hemos vivido sin
angustias:
ni tú ni yo somos culpables
de la genética que hemos recibido.
Cuando lleguen los tiempos del
invierno
y ya no vuelva a retornar la
primavera,
cuando ya me encuentre en esa
espera
que conduce, poco a poco, al final
sabré –yo por ti no puedo hablar-
que ha merecido la pena vivir
para tenerte a mi lado en las
cálidas noches de verano,
para saber que sabes lo que pienso,
lo que deseo y siento…
para encontrarnos aún sin
convenirlo,
porque en medio de una multitud
mi corazón te encuentra
porque, para comunicarnos
sobran las palabras: nos bastan los
sentidos.
Mi Amor, este día 14 de febrero
-de aquel año que guardo en el
recuerdo-
llamaste a mi puerta. Llevabas en
la mano
una carta del banco para mí.
-Me llamo Ángel y vivo en el
tercero.
Sonreías con un gesto tan tuyo…
Tus ojos brillaban al mirarme.
Aún no sé lo que me indujo a
decirte:
¡Gracias, pasa!
Tengo en la cocina un calcetín,
azul marino
que debió caerse ayer mientras
tendías…
Sargantana
Alcalá de Henares, 14 de febrero de 2017
Texto premiado por la U.A.D.I. en el año 2014 como la carta más romántica. Fue mi primer premio de este tipo de certamen para personas mayores de la Comunidad de Madrid.
Las fotografías las he realizado esta misma tarde y están dentro del surrealismo o eso es lo que yo pretendo...
Sargantana que significa lagartija, fue el sinónimo con el que me presenté al Concurso.
Saludos cordiales, Franziska