Cuando
vivía tan intensamente
pensaba
muy despacio o casi nada.
Ahora
que tengo mucho tiempo,
mi
vida transcurre poco a poco:
se
nutre más
de
una clara fantasía
que
de la realidad del vivir de cada día.
Cuando
tienes un hijo entre tus brazos
de
tal modo tu corazón está ocupado
que
te olvidas de ti, tus anhelos apartas
y
hasta, de un modo imperceptible, dejas de existir.
En
el inventario de esos años,
únicamente
pasaron al haber
la
dicha de los años vividos para él.
¡Descubrir
la semilla que hemos sido
en
la pujanza de esa vida que florece
abriéndose
a la maravilla de la mirada,
la
risa, el llanto, la primeras palabras.
Las
manos anhelantes, el paso erguido,
la
carrera alocada de un bebé…!
Las
primeras preguntas y todos sus ¿por qué?
Lo
que nos hace esencialmente humanos
es
ese amor que recibimos y que damos.
Que
no hay vida completa, realizada,
en
el corazón de quien no ha estrechado,
con
ternura, un hijo entre sus brazos.
Alcalá de Henares, 14 de Diciembre de 2022
Texto y fotografías realizadas por Franziska
Se publicó el poema, bajo mi seudónimo de RAITAN, con fecha 17/06/2013