Hay un reloj en tu mesilla
que agita sus campanillas
y pone fin a tus sueños.
Te levantas. Estás cansada
y hasta darías tu vida
por no acudir al trabajo.
Los troqueles, brocas,
arandelas, tornillos, pernos,
y toda la herrería
se han empeñado en perforar
los huesos de tu cabeza.
Como una hormiga guerrera
avanzas hacia la fabrica.
Amanece. El sol se oculta
Los pájaros están callados.
Nadie habla. Es poco humano.
Solo se ven caras serias,
caras tristes y cansadas.
Rostros de no estoy conmigo.
Rostros de soy mi enemigo.
Al finalizar el tajo
era como una estampida
de obreros enfebrecidos
que huían como ovejas
en busca de su redil.
Así un día y otro día,
un mes y otro mes pasó
y fue, de principio a fin,
malo, flaco y ruin.
Malo era el trabajo.
Flaco era el salario.
Ruin era la vida en aquel rincón.
Huir, huir,
era un PROYECTO por el que
vivir.
Tristeza, MORRIÑA, SAUDADE
eran el romántico apodo de la
depresión.
Ya se había inventado la
Psicología
pero, no se ejercía. Eso, sí,
siquiatras había…
¡Antes de que te encierren,
te vas a Inglaterra!
El idioma inglés
era poderoso en aquella
España.
Los españoles sudaban y bostezaban
y al cabo de un año ya sabían
decir:
“My taylor is rich”.
¡Qué interesante!
¡Tu profesor de ingles nació
en Alicante!
Vivía en Madrid,
en el castizo barrio de
“Lavapies.”
Tu glorioso profesor acreditaba
-como méritos de
adiestramiento profesional-
haberse casado con una dama
inglesa
con la que llegó a vivir hasta ocho años.
Con tiempo y con esfuerzo,
buena memoria y buen oído
conseguiste convertirte
en la dama diccionario.
Hablar, lo que se dice hablar
inglés:
ni al derecho ni al revés.
Alcalá de Henares, 31 de
Henero de 2022
Texto y fotografías realizadas por Franziska para
el juego de la palabra dada
PALABRA: INGLÉS
DADOR: JUAN
RODRIGUEZ LOPEZ