La soledad más
ingrata
de todas las
soledades
es aquella que vivimos
en compañía de
otros.
Es grata
a la razón, dijo algún sabio.
No se la
puede tolerar: es un agravio.
Más vale
estar solo que mal acompañado,
se ha
dicho siempre en el solar hispano.
Hay una
ancestral belleza
en su
silencio
nos
dijeron muchas veces
los
poetas de antaño.
Cuando
llega la noche,
en las
casas sin dueño,
-como si
fuera un fantasma-
se dice que arrastra
las cadenas del silencio.
Yo sé que ella tiene alma
pero carece de cuerpo.
La
soledad es una dama
tan
esquinada y tan triste
que tiene
pocos amigos
y fama de
ser molesta.
Ella es
callada,
sencilla
y acomodada
a que la
aceptes; si quieres,
la puedes
arrinconar:
no se
quejará jamás,
sabe
esperar con paciencia.
Silencio
y paz son sus dones.
En el
silencio encuentras
todo lo
que has olvidado:
son los
días desterrados
del árbol
de la conciencia.
La
soledad es bandera
que llevo
sobre mi cuerpo.
Hay
momentos que la olvido,
parece
que no existiera
pero sé que está a mi lado
¡Es mi amor, mi compañera!
La
soledad, a fin de cuentas,
es mi
mayor libertad
y cuando
me ve entretenida
o
charlando con los amigos
discretamente
se aparta
y se hace
la dormida.
Testaruda,
en grado sumo, retorna
una y
otra vez: no se cansa de buscarme.
Voy a
tener que exiliarme
para no
volverla a ver.
La
soledad es paz, silencio, libertad…
también diremos, solo por poner peros,
que una
pizca de amor
se echa de menos.
Alcalá de
Henares, 23 de Diciembre de 2012
Texto
realizado para ser leído el
“EL
CLUB DE LAS LETRAS MÁGICAS”
TEMA: LA
SOLEDAD
PROPUESTO
POR mi misma
Se vuelve a publicar en "El CANTO DEL RAITÁN"
EL DÍA 22 DE NOVIEMBRE DE 2018
Las fotos se realizaron en el año 2014 en el Jardín Botánico de Madrid