lunes, 26 de junio de 2017

XUANÓN



 

En aquel extraño lugar
en el que vivió Xuanón
ésta es la historia que han contado
y aún se recuerda hoy.


Dicen de él que era muy sabio
pero cansado de que su erudición
no llenara su alcancía
y su despensa vacía

viéralo amanecer casi yerto
un día sí y otro, no,
puso en un carro sus libros
y se los llevó a vender

al Zoco de Mirabien.


¡Libros para todos, libros!
¡Algebra, Trigonometría, ciencias,
Historia del Arte, teatro, biografías;
de Oriente y Occidente

todas las filosofías;
poesía y algunas novelas eróticas!!!
Y así pasó pregonando
todo el santísimo día.


Ronca tenía la voz
y el alma rota, tenía:
¡Nadie adquirió un solo libro!
Y nuestro Xuanón pensaba:


La erudición es un lujo
que trastornó mi cabeza.
Consecuente, hizo una pira
y los condenó a la hoguera.

Así perdió sus riquezas.

Más sabio fue desde entonces
pues si quería aprender,
tenía que usar su cabeza.


La verdad es que Xuanón
escribía desde el ocaso a la aurora
y así durante el día
cuando no dormitaba, dormía.


Fueron pasando los años
instalado en esa monotonía,
él nunca volvió a leer.


Cuando ya era un anciano
un día aciago dijo:
más libre que yo es un pájaro.
Y se lanzó desde la torre
más alta del campanario.


Al entierro de Xuanón
llegaron cientos de sabios
¿Cómo se extendió la noticia?
Nadie logró averiguarlo.

Aún no existía la radio.

Cada sabio portaba su propio libro
y quería compartirlo…
Así fue como el entierro
duró todo aquel invierno

y llegó hasta la parte primera
de la hermosa primavera.


Nadie sabe cómo fue…
si es que Xuanón era un santo
porque en el pueblo, desde entonces,
todos se tornaron sabios.


 30 de marzo de 2012

Alcalá de Henares, 26 de junio de 2017
Texto e imágenes realizados por Franziska para
EL CANTO DEL RAITÁN 

viernes, 16 de junio de 2017

EL BAÚL DE LA ABUELA





Era la abuela Lucita
tan pequeña y delgadita
que parecía una abeja
libando de flor en flor.


Cada tres meses llegaba
con su maletita parda.
Se instalaba muy complacida
en la alcoba más pequeña:
muy cerca del corredor.


Nos traía caramelos
que ella misma elaboraba
con azúcar y canela
o esencia de limón.
Y lacitos de colores…
y cintas de terciopelo…


Contaba muchas historias
de un tiempo en que no había
teléfono,  televisión ni ordenadores
pero estaban los  dragones, hadas,
brujas, duendes, castillos, princesas,
casitas de chocolate,
enanitos muy valientes
y  malísimos gigantes.


La abuelita Luz
cada vez más encogida
más pequeña y más flaquita
cantaba dulces canciones.
Siempre muy    quedo y muy suave
a la ventana llegaban,
todos los días del año,
a oírla los gorriones.



¡Silencio, niños, silencio!
¡Que cantan los pajaritos!
Les pueden asustar los gritos.
Temblará su corazón
porque no saben que sois
buenos, buenos, buenos,
como ángeles del cielo.


Una excursión hasta el desván,
hizo la abuela Lucita.
Apoyada en el bastón,
-toc, toc, toc, tac, tac, tac-
subió toda la escalera
y ya no volvió a bajar
pues no pudo soportar
el vértigo que le producía
ver, desde tal altura,
el arco que da al jardín.




Encontró la puerta abierta.
Dentro del desván había
multitud de trastos viejos
y también había un baúl.


Enorme baúl vacío
que casi era del tamaño
de su escasa habitación.
Nadie supo cómo pudo
llegar a meterse dentro
y se encontró tan a gusto
que nunca volvió a salir.



Para que abandonara el baúl
subieron hasta el desván
a tratar de convencerla
hijos, hijas, cuñados, primas,
nietos, yernos y nueras,
mas no hubo manera
de que ella desistiera
y saliera del baúl.


Ni el cura indicando que era pecado.
Ni el mismo alcalde diciendo
que tal lugar no era para personas
ya que carecía de licencia,
consiguieron disuadirla.


Todo aquel alboroto, poco a poco,
se fue calmando
y cómo, no, olvidando…


Al cabo de largo tiempo
descubrimos, con asombro,
que se había momificado:
de su cuerpo chiquitito
habían brotado alas
y plumas de pajarito.



 Tema escrito en el año 2012

Alcalá de Henares, 16 de junio de 2017
Texto e imágenes realizados por Franziska para 
EL CANTO DEL RAITAN



jueves, 8 de junio de 2017

Los hombres buenos






Sé que existen los hombres buenos.
Nunca he sabido por qué se esconden.
Porque haberlos, “haylos” como se dice
en las tierras gallegas que hay brujitas
-aunque nadie las ve ni las visita-.


Las brujitas de hoy ya no se montan
haciendo diabluras sobre la escoba.
Gastan zapatos de plataforma
y se tiñen el pelo de azul cobalto.


Ya no exhiben al viento largas melenas.
Con los pelos de punta y el What’s app
las detecta cualquiera por donde van.
Han trocado sonrisa por carcajada:
son el saneado negocio de los dentistas.


La cirugía plástica hace milagros
con sus corvas narices de urraca triste.
Ya no usan vestidos negros, de tiros largos.
Se enfundan en leggings y en camisetas.
Están  a la última, las muy coquetas.


Han dejado de verse en aquelarres.
Un lugar más seguro para sus pócimas
es sentarse tranquilas en un Mac Donald’s.


Bailan, de madrugada, en los callejones
hediondos y derrumbados de los suburbios
el último y el más estridente rap, o rockandroll.


 Cuando amanece se esfuman y hacen planning
para hacerse los pelos, es decir, deshacerse
de cuanto vello brota por su barbilla
o asoma, irredento, en las aletas de sus narices.


Pues las brujas ahora no lo parecen.
Pero cuidado, porque yo sé que existen
tengo una cámara oculta en mi tejado.
Que probará fehacientemente
cuanto sobre este tema, he afirmado.


Lo de los hombres buenos, es complicado.
Ni se tiñen la barba ni los cabellos.
Ni calzan a la moda, ni van de negro.
No ejercen un oficio que los distinga
y hasta hay quien dice: -mentes perversas-

que con el Santo Job,  se extinguieron.


Que hay hombres buenos, yo sí lo sé
porque no puedo olvidarme de San José.
Y de otros santos que lo fueron, sí, aunque no tanto…


10 de mayo de 2014

Alcalá de Henares, 8 de junio de 2017
TEXTO E IMAGENES REALIZADOS POR FRANZISKA PARA
"EL CANTO DEL RAITÁN"






  
 







jueves, 25 de mayo de 2017

Cuando me muera, quiero ser tierra de ladera







No quiero cuando me muera
alejarme de los bosques.
¡Quiero quedarme en la tierra
y ser mantillo del suelo!


Quiero permanecer
como las hojas del roble
en el lindero del monte:
¡las hojas que no han huido!


En el cerro humedecido,
sobre las hojas muertas,
quiero sentir el llanto de la lluvia
que hace temblar las estrellas.


¡Quiero mirar los trigales
ver cómo granan sus espigas
y cubrirme de amapolas
cerca de los encinares!


Cuando ya ni siquiera
mi corazón  persista:
será toda luz mi voz  callada
en su silencio errante.


Cuando me muera, quiero
ser tierra de ladera
para poder deslizarme,
lentamente, sobre el suelo


hasta llegar rendido
al borde del camino
por donde un día
hubieron de pisar
tu corazón sangrando y mis suspiros.

 26 de Julio de 2012
bajo el seudónimo de Raitán

Alcalá de Henares, 24 de mayo de 2017
Texto e imágenes realizadas por Franziska.
No recuerdo haberlo publicado. 

lunes, 15 de mayo de 2017

PINCELADAS POETICAS








AUSENCIA

Cuando aún estamos frente a frente:
la ausencia inexorable llega
pues es implacable la derrota
si buscamos retener lo que nos huye.




SURREALISMO

Sin saberlo
estás abriendo una ventana
                   al subconsciente
que atrapa la ocasión para enfrentarte
a  un hecho desterrado
pero que  vive y reclama su derecho
a habitar en tu vida y tu consciencia.




PAISAJE
Es un misterio el olivo.
No sabemos cuando canta
ni qué es lo que le espanta
cuando el viento se encabrita.


Los juncos de la ribera
peligrosamente hunden
sus raíces en el río.
Un viento feroz azota
las sombras que los cobijan.



LIBERTAD

La libertad tiene un precio:
las cadenas invisibles
que llevamos adheridas
en los abismos del alma.



Alcalá de Henares, 15 de mayo de 2017
Pinceladas poéticas de Franziska realizadas para
EL CANTO DEL RAITÁN
Como siempre, echo mano de mis fotografías.







martes, 9 de mayo de 2017

LA LLUVIA Y LA MALEZA




Maleza es igual a mala yerba
porque así lo dice el hombre.
Todas las hierbas son buenas.
Es un invento de los campesinos
que se esconden tras una excusa
                        cualquiera…
La lluvia y la maleza se dirigen hacia el monte.
¿Qué pasa tras de las lomas donde la maleza
asoma sombreando el horizonte?

Dime si sabes qué es una mala hierba.
No lo digas del revés porque tú nunca lo ves.
Nunca verás lo que ocurre
cuando llegas a la cumbre
y te encuentras con un gato
que vive dentro de un zapato.
Un zapato viejo y grande
de un gigante del pasado.

Y la lluvia ¿dónde está?
Pues la lluvia ahora vendrá.
Correrá colina abajo:
no mojará las ancas de las mulas ni los palos
de los antiguos pastores 
que sembraban girasoles
y al amanecer cantaban sus colores al día
igual que si fueran sandías 
que crecen en el barranco
donde canta el loro blanco
 todas sus majaderías.

No calles, es un favor que te pido.
 Lo único que espero
es que guardes las distancias porque aquí
nada se alcanza 
si no le llenas la panza.
De este cordón nació un acordeón famoso
donde algunos aseguran 
que cantó sus salmos el rey David
mientras escuchaba distraído 
el canto de la perdiz.

Como en todos los cuentos,
acabo feliz y contento.
Me voy a comer ahora
un suculento estofado
de perdices de Alcañiz.

Al son del canto del perejil
me he de limpiar la nariz.
Si yo cantara más alto
lo sabría mi vecino Mustaf.
Mustaf, por las mañanas,
se asea en la palangana
y con el agua que sobra,
prepara una pepitoria.

Ya he echado fuera el serrín
que guardaba en mis neuronas.
Me porto como una mona
y me voy a Barcelona.
Un calentón surrealista
me expulsó de la autopista
        y por eso estoy aquí,
al lado del río Henares,
en la cuna de Cervantes.

Alcalá de Henares, 10 de Mayo de 2017

Texto surrealista realizado por Franziska durante un taller de literatura con el profesor Alberto Cubero Mellado. No he juzgado muy consecuente incluir mis fotos. Ya será suficiente tarea seguir el alocado texto escrito según las normas, de un tirón, sin pensar y sin rechazar ninguna idea, este es el resultado...



martes, 2 de mayo de 2017

El dinero es el dios que adora el corazón de los hombres





En ese altar sin nombre,
sin patria y sin bandera
pues está en todas partes:
creo ha llegado a las selvas,
no hay vileza que no se justifique,
honor que no se pise,
inocencia que sea respetada,
dolor que se venere.

Hoy tengo un día para el viento.
Ese viento que se lleva las quejas y las deja
en un lugar sombrío y apartado.
Donde aún no habitan los oídos
ni se escucha el sonido del céfiro.
Donde los lamentos se alejan
en busca de un puerto sin muelles,
marinos, veleros ni gaviotas.



Solo hay que preguntarse por qué
Confucio, Buda, Mahoma y Jesucristo
no han conseguido lograr que los fenicios
-inventores del juego más sucio conocido-
se fueran a habitar otro planeta.
¡Podrían haberlo intentado, como treta!

A los fenicios les ocurrió igual
que al resto de los hombres,
inventan, siempre inventan
cosas para arreglarlo todo.
Arreglaron sus problemas de ese modo
pero sembrar…
                                sembraron un mal
que no tiene acomodo en la conciencia.



Alcalá de Henares, 2 de mayo de 2017
Texto e imágenes realizadas por Franziska para
EL CANTO DEL RAITÁN