lunes, 13 de febrero de 2017

SAN VALENTIN





Después de tantos años de silencio,
de dar por descontado que lo sabes,
de creer que puedo parecer ridícula,
hoy he tomado la decisión de decirte

que si he estado y estoy a tu lado
no habido otra razón ni otro motivo
que un amor por ti profundamente enraizado
que me hace, a veces, sentir como una niña
y otras, como una mujer resuelta y decidida.


Es estimulante recibir en mis labios
el roce de los tuyos al comenzar el día.
Es importante aún, a pesar de los años,
la hora del reencuentro por las tardes.

Que el tiempo que empleas en contarme
cómo ha transcurrido tu día de trabajo,
nunca lo cambiaría por la mejor novela
o la música más pura o más perfecta.


Cuando con esa torpeza tan tuya y entrañable
me traes unas flores donde has escrito un te quiero
y porque el dinero escasea, te parece poco
¡ay si tú supieras que es cuando más te quiero

habría tenido flores casi todos los días!


Los hijos que nunca llegaron fueron duelo
que siempre hemos vivido sin angustias:
ni tú ni yo somos culpables
de la genética que hemos recibido.

Cuando lleguen los tiempos del invierno
y ya no vuelva a retornar la primavera,
cuando ya me encuentre en esa espera
que conduce, poco  a poco, al final


sabré –yo por ti no puedo hablar-
que ha merecido la pena vivir

para tenerte a mi lado en las cálidas noches de verano,
para saber que sabes lo que pienso,
lo que deseo y siento…
para encontrarnos aún sin convenirlo,

porque en medio de una multitud
mi corazón te encuentra
porque, para comunicarnos
sobran las palabras: nos bastan los sentidos.

Mi Amor, este día 14 de febrero
-de aquel año que guardo en el recuerdo-
llamaste a mi puerta. Llevabas en la mano
una carta del banco para mí.


-Me llamo Ángel y vivo en el tercero.
Sonreías con un gesto tan tuyo…
Tus ojos brillaban al mirarme.
Aún no sé lo que me indujo a decirte:
¡Gracias, pasa!
Tengo en la cocina un calcetín, azul marino
que debió caerse ayer mientras tendías…
                                                                       Sargantana


 Alcalá de Henares, 14 de febrero de 2017
Texto premiado por la U.A.D.I. en el año 2014 como la carta más romántica. Fue mi primer premio de este tipo de certamen para personas mayores de la Comunidad de Madrid.
Las fotografías las he realizado esta misma tarde y están dentro del surrealismo o eso es lo que yo pretendo... 

Sargantana que significa lagartija, fue el sinónimo con el que me presenté al Concurso.

Saludos cordiales, Franziska

jueves, 9 de febrero de 2017

Humilde cardo







Humilde cardo he nacido,
casi pegado a la tierra,
con mi breve tallo apenas
alcanzo a ver las hierbas.




Por fuera, pajizo y áspero;
por dentro, lleno de penas.
Mis sentimientos desbordan
todo un furioso dolor




pues siendo cardo, ay amor,
quisiera ser una flor:
una fulgurante estela
de armonía y de color.




Dime ¿por qué mariposa
huyes ahora de mi?
Cardo soy mas sin espinas.
¡Nunca dañaré tus alas!



A la orilla del camino
me fue quemando el estío
y sigo esperando en balde
que vuelvas a visitarme




como hiciste ¿lo recuerdas?
cuando nacía, tan tierno,
a finales de este invierno.
Sí, cardo soy…




mas sin espinas.
El dolor lo sufro yo.
Mis penas las llevo dentro:
son mías que yo las siento.



 5 de octubre de 2002 


Alcalá de Henares, 9 de febrero de 2017
Texto e imágenes realizados por Franziska para "El canto del raitán"